Acércate, no solo soy un cuadro gris.
Ven cerca, muy cerca.
Tan cerca que puedas incluso olerme.
Recorre lentamente con tu mirada cada fragmento de mi superficie.
Despacio. Observa cada granito de materia, cada arañazo, cada huella que cubre mi piel.
Imagina cómo fueron hechos. Son gestos humanos.
No es fácil, pocos lo hacen.
Ni los entendidos en pintura se plantean contemplarme así.
Pruébalo. Cinco minutos. Cerca. Despacio.
Quizá puedas atisbar, incluso sentir, algo de la enorme emoción con la que fui pintado.
O encontrar el azul en mi inmensidad
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