“Cuenta la leyenda que en las noches de verano a las jóvenes que vivían en el Albaicín de Granada, les gustaba bajar a una fuente cercana que había al lado del río Darro.
Allí, mientras recogían agua, las muchachas se contaban sus sueños.
La fuente se encontraba en una preciosa gruta donde se reunían muchas mujeres. Era pacto sabido entre ellas, mantener este lugar ensecreto.
Una noche, una joven llamada Aisa se acercó a la fuente para beber y comentó:
-¡Qué bien! Hoy el agua también sale muy dulce, ¡sabe a miel! ¡Ayer llevé el cántaro lleno a casa y mi marido, después de la cena, se puso muy cariñoso conmigo!- dijo Aisa bailoteando en torno a la fuente mientras se llenaba su cántaro.
-¡Es curioso!- dijo otra de las bellas muchachas del grupo-. Cuando el agua está dulce, los hombres están contentos y muy cariñosos. Pero si el agua sale amarga… ¡mejor estar lejos de ellos! Se ponen muy nerviosos y se enfadan mucho.
Todo el grupo enmudeció de repente. Se miraban unas a otras dándose cuenta que era cierto lo que acababan de comentar sus dos amigas.
Después de unos minutos de un silencio bastante incómodo, la bella Aisa reflexionó en voz alta:
-¿Por qué cambiará de sabor el agua de repente? Unos días saledulce y otros, muy amarga. No lo entiendo, pero resulta muy curioso-. Dijo Aisa retirando su cántaro de agua dulce de la fuente.
Todo el grupo de mujeres estaba sentado alrededor del manantial. Ninguna pudo ver que, de repente, un búho se había posado en una de las rocas de la gruta y las estaba observando con mucha atención.
El animal, de pronto, se convirtió en una anciana muy desvalida. Su voz grave y algo ronca, las asustó:
-Estas aguas están encantadas- les dijo dirigiéndose a todas-. En esta gruta vive una doncella hechizada y convertida en hada que se llama Agrila. Una mujer que fue muy desdichada en su vida anterior. Tan tristes son los recuerdos que tiene que, aunque ahora vive en un lugar de la gruta donde puede disfrutar de muchos tesoros, se encuentra muy sola y suele llorar mucho. A veces, está contenta y otras, muy triste. Si el hada Agrila se siente feliz, el agua de la fuente es muy dulce. Cuando Agrila está triste y llora, sus lágrimas amargan el manantial-. Dijo la misteriosa anciana mojando su mano bajo la fuente.
-¿Y por qué los hombres reaccionan de tan diferente forma según sepa el agua?- preguntó a la anciana una de las muchachas más jóvenes del grupo.
- Un hombre fue el que la hizo sentir desdichada en su vida y la hizo llorar. También fue un hombre el que la hechizó. Aunque el hada Agrila muere de amor, no olvida que el hombre es el causante de su pena- dijo la anciana volviéndose de espaldas a todas ellas.- Si sus lágrimas amargan el manantial, los hombres que beben el agua, se sienten igual que ella, tristes e infelices.
Cuando la anciana terminó de decir esto, aprovechando el revuelo que se había creado entre todas las muchachas salió de la gruta. Sin que ninguna la viera se convirtió en búho de nuevo y desapareció volando.
Todas las jóvenes se dieron cuenta que este secreto las hacía muypoderosas y decidieron no hablar de ello más allá de esta gruta.
Pero algunas de las muchachas más jóvenes, aunque no se lo dijeron a los hombres, no pudieron mantener el secreto con sus mejoresamigas.
Y así, una tras otras, en pocos días, todas las jóvenes del Albaicín de Granada, conocieron el misterio de la fuente del hada Agrila.
Cuentan que, muchas eran las mujeres que acudían todos los días a la fuente de Agrila a recoger agua.
Y a los hombres, les comenzó a extrañar que se fueran tan lejos con sus cántaros en la cabeza, cuando en la misma ciudad, existían varios manantiales.
De alguna de las formas, las mujeres se estaban haciendo con elpoder de Granada y los hombres no sospechaban nada.
Si había alguna batalla cerca, las mujeres proporcionaban a loshombres el agua amarga. De esa forma, se sentían más nerviosos y violentos ante el combate.
Si existía tranquilidad y paz, les daban aguas dulces para que reinara la armonía y la felicidad.
Pero algunas de las mujeres comenzaron a utilizar este secreto solo para su propio provecho.
Acudían a la fuente del hada Agrila y recogían en cántarosdiferentes las aguas amargas, normales y muy dulces.
Si discutían con sus maridos les proporcionaban aguas amargaspara vengarse de ellos. Los hombres, entonces, se sentíanenfadados o tristes. Pero dependiendo de la cantidad que bebieran, la tristeza se convertía en depresión.
Algunas mujeres movidas por la venganza se extralimitaban dando a sus maridos este líquido que les provocaba tal desesperación que se negaban a salir de casa y les mantenía en la cama, somnolientos durante todo el día.
Tantos casos extraños se produjeron en la ciudad de Granada que un sabio comenzó a sospechar que algo estaba ocurriendo.
Este hombre ordenó a uno de sus soldados que se disfrazara demujer y acudiera a los sitios donde se solían reunir grupos de jóvenes para que intentara averiguar algo.
Acudió el soldado disfrazado a los mercados, jardines y fuentes sin obtener ninguna respuesta.
Selim, que así se llamaba el soldado, pensó que sería mejor seguirlas a la fuente donde acudían todos los días. Quizás allí, al estar alejadas de la ciudad y haber solo mujeres, podía enterarse de algo.
El soldado, disfrazado de muchacha, salió al atardecer hacia donde iba un grupo de jóvenes. Junto con ellas, llegó al anochecer a la fuente del hada Agrila.
Allí estaban recogiendo el agua muchas de las mujeres del Albaicínde Granada. Y ahí, pudo escuchar muchas de las conversacionesque le hicieron sentir náuseas e incluso miedo.
Selim tuvo que hacer un gran esfuerzo para no salir huyendo de allí.
Al día siguiente, el muchacho contó al sabio todo lo que había escuchado.
-¡Pero esto que cuentas es horrible, Selim! ¿Cómo ha podido ocurrir?- comentó el sabio muy nervioso-. ¡Hay que prohibir de inmediato que se pueda recoger más agua de esa fuente del hada Agrila! Si no es así, en unos días, las mujeres se habrán hecho con el poder deGranada. Coge a los mejores soldados etíopes y vete a la grutapara impedir que nadie más pueda coger agua de esa fuente. ¡Hazlo ya!- ordenó el sabio abriéndole la puerta de la sala e invitándole a salir de ella apresuradamente.
El soldado obedeció al sabio y formó un grupo de valientes hombres etíopes. Se dirigieron todos a la fuente del hada Agrila.
Cuando estaban a punto de llegar a la entrada de la gruta les salió al paso una anciana muy desvalida que comenzó a burlarse de ellos:
-¿De verdad creéis que vais a poder con el hada Agrila?- dijo la anciana interponiéndose en el camino de Selim.
-¿Quién es Agrila?- preguntó muy enfadado Selim bajando de su caballo.
-¡Agrila es el hada de esta gruta y su poder es inmenso! ¡No podréis con ella! ¡Iros de aquí si teméis por vuestras vidas!- amenazó la anciana.
A la orden de Selim, los soldados intentaron apresar a la anciana. Pero ante el asombro de todos, ésta se convirtió en búho y desapareció volando hacia el bosque.
Los soldados comenzaron a custodiar la gruta. A media noche, una dulce melodía que procedía del interior de la cueva hizo que loshombres se quedaran profundamente dormidos.
Entonces, el hada Agrila, salió de su cueva y, uno a uno, les cortó los cabellos. Cortaba, cantaba y reía, llevándose el pelo de cada uno al interior de la gruta.
Cuando comenzó a amanecer, los soldados se fueron despertando. Y empezaron a ver a los demás sin cabello en la cabeza. Se pusieron muy nerviosos ya que, además, se oían risas que procedían delinterior de la gruta.
Selim, muy disgustado por este hecho, ordenó a todos entrar para hacer presa a Agrila. Pero ninguno de sus hombres se atrevió a moverse del sitio.
-¡Cobardes!- gritaba Selim mientras entraba en solitario a la cueva-. Entrar conmigo, ¡es una orden!
Pero ninguno de los soldados etíopes fue capaz de seguir a su jefe que desapareció en su interior.
Y de pronto… ¡Silencio!
Ya no se escuchaban las risas del hada Agrila ni las órdenes de Selim.
Los soldados esperaron a su jefe durante varios días en la entrada de la gruta. Además, impidieron a todas las mujeres recoger agua de aquella fuente de Agrila que, reconocían, estaba hechizada.
Cansados de esperar, los soldados volvieron a Granada, sin importarles si alguna mujer volvía a recoger agua de la fuente.
Cuentan que aún hubo más desapariciones en la gruta del hadaAgrila. Nadie que se atrevió a entrar, regresó.
Así que, las muchachas de Albaicín, comenzaron a tener miedo y dejaron de acudir a la fuente.
Cuenta la leyenda que con la conquista de Granada gracias a losReyes Católicos, el hada Agrila desapareció de la gruta.
Fueron los propios cristianos quienes la expulsaron de allí. Se sintió tan desesperada y triste que por las lágrimas que derramó, las aguasde esta fuente fueron, para siempre, de sabor agridulce.
Agrila se retiró a un paraíso donde acuden todos los que buscan un poco de magia y de esperanza.
Pero, recordad que Agrila es muy vulnerable y necesita mucha tranquilidad. No la pidáis que cumpla vuestros deseos de inmediato pues lograréis que se ponga nerviosa y tarde mucho más.
Si llegáis a entrar en su paraíso, nunca volveréis a ser los mismos. Y no la enfadéis. Recordad que fueron los cristianos quienes la obligaron a marcharse de su gruta.”